Prepararse y responder a los desastres con un enfoque inclusivo, permitirá salvar vidas y tener comunidades más resilientes

Señalaron expertos en Foro Internacional: Preparación Inclusiva frente a los desastres  

Entre 1997 y 2017, uno de cada cuatro desastres registrados en el mundo ocurrió en América Latina y el Caribe. Según la ONU, solo una persona con discapacidad de cada cinco en el mundo puede ser evacuada sin dificultad en caso de desastre. Por lo general, una catástrofe genera una mortalidad más elevada en las mujeres, en los niños, en los jóvenes, en las personas mayores y en comunidades indígenas y nativas.

El “Foro Internacional: Preparación inclusiva frente a los desastres. Experiencias en contextos indígenas y con grupos de mayor riesgo” reunió el jueves 07 de julio, a expertos internacionales en la gestión del riesgo de desastres, así como a líderes de diversas comunidades de Latinoamérica, para reflexionar sobre que tan bien está preparada nuestra región, para hacer frente a los desastres de manera efectiva, y sin dejar a nadie atrás.

Los expertos señalaron que es urgente invertir en la reducción del riesgo y la preparación, no solo en la reconstrucción. Por cada $9 gastados en la respuesta ante desastres, solo $1 se invierte en la prevención y preparación. Tampoco se cuenta con datos desagregados por sexo, edad, discapacidad y etnia, lo que permitiría el análisis de riesgo diferenciado. Todo esto invisibiliza y refuerza el impacto desproporcionado de los desastres en la población de mayor vulnerabilidad, entre ellas las comunidades indígenas y nativas.

El foro contó con la participación de especialistas de diversas organizaciones   en gestión del riesgo y discapacidad de Colombia, Paraguay, Ecuador y Perú; y formó parte de las actividades del proyecto PIRE – Preparación Inclusiva, Respuesta Efectiva, que, desde hace un año, vienen ejecutando en nuestro país las ONGs: Humanity & Inclusión, Plan Internacional y Cooperazione Internazionale-COOPI, con el financiamiento de la Unión Europea.

Todos los expertos que participaron del encuentro coincidieron en señalar que es importante fortalecer las capacidades de las comunidades para participar y contribuir en cualquier etapa de la gestión del riesgo de desastres. Esto permitirá tener acciones más efectivas, y comunidades más resilientes.

El foro logró convocar a más de 200 participantes quienes pudieron seguir el evento de manera presencial y virtual. Contó además con actividades paralelas como la exhibición de productos de la comunidad de artesanas de Cantagallo y de danzas típicas.

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